Lucas
un chico de 15 años, vivía en Inglaterra, una ciudad grandísima. Sus
padres llevaban unos años aterrorizados por la desgracia que vivieron.
Un grupo de jóvenes, por hacer una gracia pusieron bombas en trenes y
tiendas de alrededor. Sus padres que ese mismo día viajaban en el tren
hacía el pueblo donde vivía la hermana de la madre. Pasaron mucho miedo
porque pensaron que nunca más volverían a ver a su hijo Lucas. Desde
aquel día los padres de Lucas no dejan de decirle que siempre que viaje
tenga mucho cuidado. Ya que Lucas se sentía tan mal al ver así a sus
padre decidió hablar con sus amigos y hacer algo para poderlos animar.
Varios minutos después de estar hablando con sus amigos decidieron hacer
en la pared de la casa abandonada de enfrente de su casa un graffiti
simbolizando la paz. Cuando sus padres vieron aquel grande dibujo
enfrente de su casa, lágrimas se les caían de los ojos. Tan emocionados
le dieron las gracias tanto a su hijo Lucas como a sus amigos por hacer
aquel dibujo tan emocionante para ellos. Después de aquel día vivían
felices.
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